Tan varonil y apasionado
Tan varonil y apasionado
Me gustaba mi jefe desde el momento en que nos conocimos. Podría haber sido 20 años mayor que yo, pero era alto y tenía hombros anchos, ojos azules y ese acento australiano que me hizo derretirme. Siempre daba la impresión de que le gustaba que le devolviera -miradas coquetas y pinceladas en el brazo,
chistes privados, miradas que perduraban por un segundo demasiado tiempo- pero luego hablaba de cómo era lo suficientemente joven para ser su hija. Una noche, me pidió que trabajara hasta tarde con él y envió a todos a casa.
Estaba en el armario de la ropa blanca de espaldas a la puerta cuando oí entrar a alguien. Sabía exactamente quién Latinas Xxx era, y mi coño latía de emoción cuando me di cuenta de que estaba a punto de conseguir lo que quería desde hacía tantas semanas. No dijo ni una palabra, sólo se me acercó por detrás y empezó a besarme el cuello, sus grandes manos acariciando mi estómago y mis tetas, de vez en cuando bajando para burlarse de mi área del clítoris, mientras gemía suavemente y molía mi trasero contra su endurecedor pene.
Me giró y me besó con fuerza. Era tan varonil y apasionado. Me desabrochó un poco la blusa, me sacó los pechos del sostén y procedió a lamerme y morderme los pezones. Me estaba volviendo loca y todo lo que podía hacer era gemir para que me cogiera. Me empujó a uno de los montones de bolsas de ropa sucia y yo abrí las piernas mientras se desabrochaba los pantalones para que se le saliera la polla grande.
Se colocó entre mis piernas, tiró de mis bragas hacia un lado y empezó a clavarme las manos alrededor de mis muslos para bombear lo más profundo posible. Lo que más me excitaba eran sus gruñidos y gemidos mientras me follaba - estaba tan seguro de sí mismo y no se avergonzaba en absoluto. Eso fue tan sexy. Nos quejamos y jadeamos hasta llegar a un clímax estremecedor, justo ahí, en el lavadero. Sólo de pensarlo ahora me da ganas de tocarme. Espero que haya una repetición.
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